La llamada de Cthulhu, de H. P. Lovecraft

◁ La llamada de Cthulhu, oscuridad compuesta de palabras

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Muchas han sido las ocasiones que he tenido de adentrarme en la literatura de H.P. Lovecraft. Incluso llegué a comprar una antología de homenaje al autor llamada Las mil caras de Nyarlathotep donde solo uno (de diecisiete) de los relatos me gustaron. No era esa la mejor tarjeta de presentación. Sin embargo, animado por la presión social me he decidido a probar las obras originales. Por casualidades de la vida, mi elección ha sido La llamada de Cthulhu en formato audiolibro y vaya si ha sido una gratificante sorpresa… Ahora quiero más.

La llamada de Cthulhu, de H.P. Lovecraft

No es, como digo, mi lectura habitual, pues consumo otro tipo de literatura fantástica, pero entra dentro de los límites del género al que se hace referencia en esta web y La llamada de Cthulhu me ha gustado tanto (a un nivel que no esperaba) que voy a ampliar el articulario para hacerle hueco a este tipo de terror.

Autoría: Raven in White

Según parece, La llamada de Cthulhu es uno de los relatos más famosos de Howard Philips Lovecraft, aunque he de reconocer que En las montañas de la locura es el que me venía a la mente cuando se menciona al autor. Tras mi experiencia, es posible que ya no vuelva a ocurrir. Leeré las montañas, pues por fin comprendo la admiración por la literatura de este hombre.

Es una literatura oscura, llena de angustia y proclive a despertar sensaciones de inquietud. Prioriza la narración frente al diálogo, ofreciendo una experiencia similar a rememorar un recuerdo incómodo.

Con un lenguaje siniestro, al que contribuía la magistral entonación del narrador de la asociación Noviembre nocturno, La llamada de Cthulhu es un compendio de tres secciones: las anotaciones de un difunto profesor respecto a un bajorrelieve de arcilla y su autor; la investigación de ritos ocultistas de gentes del pantano; y el diario de un marinero perdido en aguas oscuras. Vivencias que giran en torno a una estatuilla de piedra y la deidad que representa. Un ser antiguo, ajeno a la cordura, que yace esperando su hora. Cthulhu.

Sé que leeré «En las montañas de la locura», pues por fin comprendo la admiración hacia la literatura de Lovecraft. Clic para tuitear

La llamada de Cthulhu es un texto breve, de unas cincuenta o sesenta páginas (hora y media en formato de audiolibro) cuya potencia y brevedad lo convierten en un «tienes que leerlo». Exactamente lo mismo que me habían dicho durante años.

Hombres de ciencia, de cultura y mestizos

En la forma de presentar personajes que tiene Lovecraft se aprecia cierto desprecio hacia los «mestizos» (sin especificar de qué tipo). Todo en ellos emana un aura de seres primitivos, carentes de intelecto o aún de moralidad, como si no fuera sorprendente que gente de esa ralea estuviera implicada en los oscuros ritos de Cthulhu y otros primigenios. Se ve, ¿no? Esta tendencia de Lovecraft a clasificar no europeos como subhumanos.

Es más, se ensalza las figuras de los hombres cultos, en especial la de eruditos y hombres de arte, hasta el punto de que cuando se quiere ensalzar el coraje de un individuo se menciona que era «un hombre de cierta cultura». Como si esa clase de individuo fuera el único digno de admiración, por su entrega al conocimiento y la búsqueda de la verdad, pese al precio que deba pagarse.

El lenguaje del horror cósmico

H.P. Lovecraft es el autor de La llamada de Cthulhu
H.P. Lovecraft

Siempre había pensado que el terror era algo que no funcionaba en la literatura, pero eso se debía a que confundía el terror del cine con el de las novelas. En el cine había momentos de tensión antes de que llegara el susto, siempre el susto. Inesperado. Esa era la gracia del terror, ¿no? De modo que… ¿cómo ibas a darle un susto al lector si el ritmo lo marcaba él, no los fotogramas de la película? Pues con un lenguaje completamente diferente.

Y esa es la clave de La llamada de Cthulhu: el lenguaje. La narración se concentra en torno al misterio y la atracción que este ejerce sobre cuantos osan hacer preguntas, manteniendo la expectación sin aportar jamás información detallada, dejando que las oscuras palabras de La llamada de Cthulhu resuenen en el lector para que la imaginación juegue con las implicaciones de tan ambiguo léxico. El arte de hablar y evocar, sin ofrecer una visión clara. Pero hecho con maestría, no por torpeza, todo con el objetivo de garantizar una umbría experiencia ante los Primigenios (dioses más antiguos que el tiempo).

Este relato sitúa al ser humano como un individuo ignorante, feliz frente a la arcaica amenaza que se cierne sobre él, acechando las débiles mentes de seres inferiores que un día, no muy lejano, se verán envueltos en las tinieblas. Para mí, el texto transmite la sensación de que La llamada de Cthulhu es una obra que evoca el minuto previo al apocalipsis. Será repentino e inevitable. Aquellos que han visto las señales son presas de la locura o reciben la inmisericorde visita de la muerte.

Palabras con mucho poder en La llamada de Cthulhu

La llamada de Cthulhu

La fortaleza del relato reside en el uso de palabras que albergan poder. Términos como onírico, pedestal, remoto, ídolo, culto, tinieblas y delirio se reúnen en La llamada de Cthulhu para formar un frente común en el que la carga poética de esas palabras se alimenta de la demás. Mientras lo escuchaba estaba pensando que esas eran «palabras de poder». Que poseen una fuerza por los conceptos a los que hacen referencia y contribuyen a crear esa atmósfera de terror ajena a los sustos de la cinematografía. No despierten miedo, claro, pero sí inquietud.

Una atractiva inquietud que estoy ansiando repetir. De la que ahora necesito embriagarme leyendo más obras de Lovecraft (rezo para que todas sean tan buenas), porque me siento atraído hacia otras lecturas similares a La llamada de Cthulhu, del mismo modo que los personajes de este relato se sentían atraídos hacia el conocimiento y, de forma irremediable, la locura del descubrimiento.

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