Sombras fluctuantes

Nadie abandona la Compañía, excepto si es con los pies por delante.
La Compañía es el hogar.

«Todos los hombres nacen condenados. Eso dicen los sabios. Todos maman del pecho de la Muerte. Todos inclinan la cabeza ante el Monarca Silencioso. Ese Señor en la Sombra alza un dedo. Una pluma revolotea hasta el suelo. No hay razón alguna en su canción. Los buenos mueren jóvenes. Los perversos prosperan. Es el rey de los Señores del Caos. Su aliento hiela todas las almas.»

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